sábado, 3 de mayo de 2008

El Cañon del rio Dagua


El Cañón del Río Dagua.
Por: Ricardo Alberto González Santamaría.


El nacimiento del Río y sus alrededores.


Si pensamos en estratos o pisos altitudinales, el río nace aproximadamente a 2.200 m.s.n.m. entre heliconias, trinos y verduras, sobre el costado occidental de la Reserva Natural de los Farallones de Cali. En una zona de bosque húmedo montaña, en el alto de San Luís, del corregimiento de San Bernardo, del municipio de Dagua.

Desde su nacimiento y a todo lo largo de sus 101Kms de recorrido, engloba a tres municipios importantes del departamento del Valle del Cauca: Cali, Dagua y Buenaventura.

Las múltiples y pequeñas cascaditas que se unen afanosamente en forma de Y van tomando cuerpo y aumentan rápidamente de caudal.
Llegan estas aguas cristalinas, incontaminadas, sin afán, hasta las playas del “Carmen que se fue” y que pasó de ser en otros tiempos un tranquilo caserío con su vieja Iglesita de madera, a otro muy diferente: con zona comercial central pavimentada y con muchas fincas de veraneo alrededor. Además, como si fuera poco, se está uniendo en su afán de progreso a la nueva vereda de Borrero Ayerbe. Lo mas bonito del paraje es la nueva iglesia de Nuestra Señora del Carmen, construida en 1989, en el mismo sitio de la antigua Iglesita de madera.



El Carmen: Iglesia de Nuestra Señora del Carmen. Construida en 1989 en el mismo sitio de la vieja Iglesita de madera.


Sigue el río pasando por el Queremal, cuyo nombre se debe a la mata de “Quereme”, para aproximarse luego al Salado que en otros tiempos fuera vereda muy importante y cabecera municipal.

Debemos anotar sin ninguna duda que la Cuenca del río, principalmente en la zona alta, está en estado crítico de deterioro, con tendencia a agravarse aun más.

El Queremal y la Virgen de los Remedios.

Aquí mismo, según cuenta la historia, se le apareció a unos indios nativos la Virgen de los Remedios. Esta imagen es la misma que actualmente preside y le da nombre a la Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, cerca de la vieja y abandonada estación del ferrocarril del pacifico en Dagua.





Dagua: Parroquia de Nuestra Señora de los Remedios


La Cuenca Hidrográfica del Río Dagua.

La cuenca hidrográfica es de forma triangular y comprende, además de Dagua, a otros municipios circunvecinos, como son La Cumbre, Restrepo, Vijes y Yotoco.
El río sigue bajando gradualmente de estratos o pisos, desde el VI, a 2.200m de altura, hasta el I al nivel del mar.

Se divide fisográficamente en Cuenca Alta y Baja. Los ríos de la Alta son el Jordán, Bitaco, Pavas y Sabaletas. Las quebradas son La Virgen, El Tambor, Aguaclara y Aguamona.
En la Baja, contamos con los ríos San Cipriano y Escalarete, que actualmente son Reservas Naturales. Así mismo con las quebradas La Víbora, La Delfina, Los Indios, La Guinea, Sombrerillo, El Oso, La Pepita, Jiménez y La Chapa.

Los estratos VI y V, que son los mas altos, son también zonas de resguardo. Aquí vive un reducido grupo de indígenas que mantienen un conflicto permanente por el control del territorio.
Mas abajo, con temperaturas promedio mayores a los 14°C, encontramos una zona higrofítica importante con un relieve de colinas bajas, pendientes suaves y topografía ondulada, lo que la hace atractiva para el establecimiento de fincas para veraneo y latifundios. La Cuenca en su parte alta se encuentra, como lo hemos dicho ya, totalmente alterada a excepción de algunos sectores como el alto de Atuncela y la reserva de Bitaco.

No olvidemos que a lo largo de la Cuenca encontramos bosque seco y muy seco tropical. Bosque de segundo crecimiento. Colinas altas y bajas. Terrazas y colinas bajas. Así como Llanura costera.
El cañón del río Dagua, que tanto nos atrae, lo encontraríamos entre el III y II estrato. Es decir, por debajo de los 300m de altura sobre el nivel del mar.
Los estratos I y II que son los más bajos, han sido habitados siempre por la etnia negra.


El Cañón del Río Dagua.


El municipio tiene un área total de 886 Km² y debido a sus variados niveles climáticos cuenta con ganadería vacuna, porcina y caballar. Así mismo con diferentes cultivos y frutos tropicales como maíz, café, plátanos, caña de azúcar y extensos cultivos de piña.



Venta de piñas al borde de la vieja carretera al mar

El escudo de la actual cabecera municipal simboliza la escarpada geografía que conforma el cañón del Río Dagua y una locomotora en reconocimiento a la vía férrea que le dió origen y desarrollo inicial al municipio.
Es aquí, ante el cañón, donde debemos reconocer que tan solo la sensitiva mirada del poeta, al contemplarlo quizás desde la ventanilla del recién construido ferrocarril del Pacifico, logro pintarlo así:



Gris desolado. Cerros silenciosos
sin árboles, ni trinos, ni verduras.
Ígneo fuego en el ámbito fulgura
y en los resecos cauces pedregosos.


Solo yedras y cardos bondadosos
ciñen los flancos de la roca oscura
que eleva su salvaje arquitectura
en dislocados vértigos fragosos.


Hosco paisaje calcinado en torno
y agreste soledad. Vibra el bochorno
en un ambiente cálido de fragua


Y bajo la canícula radiante
en el hondón de piedra amenazante
se atedia el golpe musical del Dagua.


Gracias al milagro de la reforestación, por lo menos en algunos sitios del cañón han regresado los árboles, los trinos y las verduras.


El río continúa su curso acercándose al poblado, entre remansos y remolinos. Forma charcos tradicionales y reconocidos como “El Pailón” y el “Charco del muerto”.
Gracias a la labor de conservación y reforestación de la Corporación Autónoma Regional del Valle del Cauca (CVC) recibe el río, ya dentro del perímetro urbano, a uno de sus principales afluentes, la quebrada del Cogollo, de aguas limpias y cristalinas. Nace ésta en una bella laguna arriba de La Providencia y abastece de agua potable el acueducto municipal.


La Quebrada del Cogollo desembocando al Río Dagua

El Ferrocarril del Pacifico.

Dice la leyenda, de un siglo atrás, que cuando los valientes trabajadores que construían el ferrocarril del Pacifico entre Cali y Buenaventura se cansaron, hicieron un campamento en las riveras del río que serviría para la reparación y construcción de toda clase de herramientas.



Dagua: Antigua bodega del ferrocarril


Este campamento de casas de madera y techos de zinc, con el tiempo, le arrebataría al Salado el derecho a ser la cabecera municipal.


Desde lo alto: Panorámica de Dagua

El río parte el pueblo en dos: los del lado de la Estación del ferrocarril y los del otro lado de la Galería. Esto era tan tradicional en mi época, que nos poníamos lo mejor para irnos al “otro lado” a la llegada del tren de pasajeros a las 4 de la tarde.




Dagua: antigua y abandonada estación del ferrocarril.

La población tiene sectores de ubicación y clima diferente, como el tradicional barrio Ricaute, que muestra con orgullo su arborizado parque central.


Dagua: parque de Ricaurte


Lo empinado del terreno da por bienvenido cualquier medio de transporte, por rudimentario y primitivo que parezca.


Bus escalera, muy utilizado en la región.


Dagua: Muchacho sobre “carrito de balineras”.

El puente y Mis Recuerdos.


Así fué como un día de lluvia me detuve sobre el puente techado y de barandas de madera a ver las aguas torrenciales. Me coloqué estratégicamente con los brazos sobre la baranda y el mentón encima del dorso de las manos. Fijé la vista verticalmente de arriba abajo, desde el borde de la baranda hasta las rápidas aguas y comencé un viaje fantástico en sentido contrario al que llevaba la corriente. Era la primera vez que me ausentaba de mi pueblo. Con la inocencia de la infancia me quedé extasiado soñando con todo lo bueno que me depararía la vida. Lo que nunca pensé en aquel momento fue en lo que el río les reservaba a los lugareños, setenta años después, kilómetros abajo, muy cerca de Buenaventura.


Dagua: puente actual que reemplazó al antiguo, techado y de barandas de madera



Dagua: puente sobre el río, cerca al molino Dagua



La avalancha


No olvidemos que “en la Cuenca Baja la mas critica es la sub-cuenca del río Pepitas, en cuanto a la erosión se refiere, y que la ubicación espacial de los asentamientos humanos, desarrollados entre la carretera y el cause del río, los hace altamente vulnerables a fenómenos como avalanchas y deslizamientos”.

De esto hace ya mas de dos años, a eso de las cuatro de la mañana se sintió un ruido espantoso y extraño, inexplicable, que bajaba de la loma. La montaña comenzó a arrojar lodo muerte y desolación. Por causa de las lluvias sostenidas y la deforestación, se crecieron las quebradas y el río se desbordo aportándole a la desolación buena dosis de espanto, ya que arrasó además con la vía Cabal-Pombo que une el puerto marítimo de buenaventura con el centro del país.

Por esa época, como ahora, se oyeron voces de protesta de líderes de la comunidad de Zaragoza, así como la del párroco de la Catedral. Pero quizás lo mas conmovedor es lo expresado por Armando Bravo dos años después, quien habla por un total de 271 familias que perdieron sus casas y familiares en la avalancha del 12 de Abril de 2006.
Este hombre que perdió a diez integrantes de su familia, entre ellos, su esposa y cuatro hijos, dice con nostalgia: “Ha sido un engaño. Se aprovecharon de nuestro dolor y nos hicieron ilusionar con una casa para rehacer nuestras vidas”.

Cuando esta comunidad comenzó a asentarse por necesidad y física pobreza en zona tan peligrosa, nunca pensó que mucho tiempo después tendría que lamentar lo sucedido aquella noche oscura y trágica de Abril. Toda la ardua labor en sus tierras, así como la construcción a pulso de sus humildes viviendas, se vieron arrasadas por la avalancha y el desbordamiento de las aguas.
Los que sobrevivieron se encontraron al amanecer del día siguiente sin casa, sin familia, sin vecinos. Se debieron sentir abandonados por la naturaleza pero nunca sospecharon que iban a ser abandonados también por las autoridades tanto regionales como nacionales.


Lo que todos quisiéramos volver a ver


Quisiéramos volver a ver a todos los damnificados con sus casas nuevas, pero re-ubicadas. Lejos de las zonas de erosión y deslizamientos peligrosos. Las cuencas y sub-cuencas de los ríos reforestadas y habitadas únicamente por las especies animales nativas.
Ver en pleno funcionamiento sistemas de cierta envergadura de carácter transformatorio de las materias primas contaminantes de las cuencas.
Encontrar una adecuada coordinación y gestión entre las Instituciones y Organizaciones comunitarias de la Cuenca. Principalmente en la zona alta.
Por último, queremos recibir todos, una educación ambiental amplia, bien planeada y sostenida.

No olvidemos que la región es una sola, nos unen tanto sus aguas, que todos estamos en la obligación de conservar, como los sueños comunes.
En cuanto a los sueños y progresos se refiere, ya comienzan a hacerse realidad. Así lo demuestra el Sistema de Transporte Masivo Intermunicipal de Occidente (MIO), que se inaugurará en Cali antes de Diciembre de 2008. El Centro de Convenciones del Pacifico, recientemente inaugurado. Así como la ultima disposición del Congreso Nacional de convertir en Distrito Especial y Portuario a Buenaventura, que mueve el 75% de la carga del país.


Dagua: antiguo ferrocarril del Pacifico, que aun hoy funciona con trenes de carga


Mientras seguimos enfrascados a las ambivalencias de la vida, debemos mirar el señalamiento que desde siempre nos han hecho tanto el río como el viejo ferrocarril: nos indican el Pacifico como la puerta del progreso. Los debemos atender, sin olvidar jamás el agua, la vida y la naturaleza, si no queremos que nos deje el tren.


Bibliografía:

Monografía de Dagua. Segunda Edición Marzo de 1985. Profesor Guillermo Becerra Collazos.
Plan integral de ordenamiento y manejo sostenible con participación comunitaria de la Cuenca hidrográfica del río Dagua. Santiago de Cali 1998. Director: Francisco Quiroga Zea. Profesor Emérito Universidad del Valle.